¿Y si la historia fuera diferente? ¿Y si la verdadera jefa de los Peaky Blinders fuera una mujer?
Las personas deciden involucrarse con diferentes intenciones, pero para ella no fue una elección. Dicen que no hay peor vida que la que no se tiene op...
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Alessia venía de una familia de gitanos irlandeses por parte de su madre mientras, por parte de su padre provenía de una familia de italianos, aunque jamás había tenido gran interacción con ellos ni mucho menos una comunicación, ya que la familia de su padre, los odiaban a tal punto de que su abuelo desheredo a su progenitor y todo por que decidió casarse con una gitana.
Por tales razones, su padre tomo la decisión de desligarse de cualquier cosa que los involucrarán con ellos, incluido el apellido. Alessia por su parte jamás había tenido la intención de conocerlos o crear lazos con algún pariente, pero si había tomado un tiempo hace algunos años de investigar al menos los nombres de ello por cualquier cosa y estar preparada.
El frío viento de invierno se hizo presente en Birmingham, Alessia caminaba por el barrio saludando todo aquel que se interpusiera en su camino, aunque muchos al verla solo bajaban la mirada y es que para nadie en ese lugar era secreto que el padre de Alessia, tenía negocios ilícitos junto a los Shelby quien eran encargados de organizar apuestas clandestinas.
-Hola tía Polly.- saludo la chica al entrar a la casa de los Shelby.
-Hola cariño.- saludó dándole un beso en la mejilla.
Polly le tenía bastante cariño a Alessia, era una sobrina más para ella desde que murió la madre de la castaña cuando esta tenía apenas doce años, quedando Polly como la encargada de ella mientras el padre de la chica seguía con sus negocios.
-¿Como ha estado todo por aquí tía Polly?
-Lo mismo de siempre querida, soportar a imbéciles.- sonríe al decir lo último.- ¿Quieres té?
-No gracias.- niega con las manos- ¿Él está aquí?
-Si, acaba de subir a su habitación hace unos momentos, tu padre lo tiene ocupado con las apuestas.- le informa y ella asiente.
-Me imagino, subiré a verlo.- sonríe risueña.- Una cosa más, si ves a John puedes decirle que vayamos por unos tragos.
-Esta bien, yo le digo.- le responde. Alessia se dirigió hasta la habitación del chico, sin hacer mucho ruido abrió la puerta viendo a Tommy viendo a la ventana, la castaña sonrió.
-¿Será que Tommy Shelby estará desocupado para su hermosa novia?- inquiere recostada en el marco de la puerta con una sonrisa risueña en sus labios, este al escuchar la voz de su amada dio vuelta para poder verla y sonreír ladino.
-Para ti siempre tendré tiempo, Lexi.- se acerca para tomarla de la cintura y dejar un beso en sus labios. Ambos llevaban una relación de dos años, cuando después de tanto tiempo el Shelby se digno el poder reconocer lo que sentía por la castaña, Alessia por su lado siempre lo había reconocido más no le había confesado nada al ojiazul por pura vergüenza.
