Sufrimiento compartido (Cap.3)

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Rusia creyó haber sentido el dolor, pero todo lo que sintió antes de esto era para maricas hijos de nenas lloronas. 

No hubo momento en que tuviera tantas ganas de tirarse un tiro antes de la guerra fría, pero por lo menos cuando estaba por causar el apocalipsis tenia la opción de sonreír en la cara de sus enemigos , ahora no tenia ese maldito consuelo.

- Maldito salvadoreño- Como se atreve a darme una orden-...¡ Maldito el y maldito yo por obedecerlo¡ 

El Ruso paso sus manos por su propia cabeza con frustración

Tenia tantas ganas de verlo 

Su profundo ceño fruncido y su habitual mal humor solo empeoro. No queria saber nada de USA, no queria escuchar a los pajaros cantar, ni sentir el calido aliento del sol sobre el. 

Solo queria a la pequeña criatura en sus brazos una vez mas¡¡¡

Y peor aun, no solo extrañaba verlo, sentirlo, respirarlo. Extraña su tacto. Siempre fue suficiente con verlo y tocar esas pequeñas y azuladas manos de campesino, pero ahora...sin la posibilidad de tocarlo un par de veces cada ciertos dias. 

Su mente no paraba de imaginar, y de pronto la idea de tocar sus tiernas y suaves manos ya no era suficiente. Se atrapo asi mismo pensando en la manera en la que los pantalones de Salvadoreño abrazaban los muslos y el bien formado trasero del tercermundista. Recordó como el dia de su confesion el sudor hizo que la sencilla camisa de tela delgada que ocultaba el pecho del tercermundista se le pego a la piel. 

El Salvadoreño...Lo volvería loco en verdad. 

Se imagino esa hermosa y gruñona voz gimiendo en vez de estarlo regañando, esos dulces labios de aspecto delicado...estaba seguro de poder romperlos con solo morderlos. 

Ya había visto esas hermosas mejillas del color de la sangre por la vergüenza ¿Cómo de roja estaría su cara si Rusia susurraba cosas sucias sobre su oido y acariciaba su pecho? Que tan nervioso se pondría si usaba sus temibles dientes, capaces de romper huesos en el dulce cuello de el Salvadoreño?

¿Que tan dulces serian sus gritos si lo arrinconaba contra una pared y lo reclamaba como suyo?

....

- Mierda...

Rusia de pronto sentía sus propios pantalones como un estorbo, y su bóxer como una tela apretada y asfixiante. El Ruso llevo sus manos a su propia entrepierna. 

Se sentía de nuevo como un maldito adolescente hormonal, con su jodida polla hinchada y dura. La incomodidad era insoportable hasta el mas mínimo movimiento lo hacia gruñir de hastió, no tenia tiempo para esto, tenia una puta reunión en 30 minutos, un almuerzo gubernamental con el maldito malnacido de USA en dos horas y una jodida montaña de asuntos político que resolver. 

"Es el precio de ser la mayor potencia del mundo"

Se consoló patéticamente asi mismo mientras se dejaba caer sobra un sofá negro como el ébano que relucía con la poca luz del lugar. Saco descuidadamente su propia verga de el doloroso encierro de la tela. 

- Puta mierda....

El Ruso apreto los dientes mientras llevaba su mano izquierda a su propio miembro, ¿desde cuando los simples encantos de una criaura nacida de la tierra y el fango pudieron hacerlo caer como un puto puberto?

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Para la propia vergüenza del salvadoreño el tampoco se sentia demasiado complacido con la idea de estar separados por tanto tiempo. 

Falta de comunicacionWhere stories live. Discover now