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Darien no podía quitarse de la cabeza la imagen de su madre con otro hombre. No era capaz de asimilarlo y más bien quería creer que era una tonta broma producto de su imaginación. Normalmente veía cosas extrañas, pero siempre eran producto de su imaginación. Lamentablemente esta vez no fue así. No sólo él lo vio, lo vieron su padre y su hermana.

Se supone que había salido con su padre el fin de semana para acampar, pero su madre no había querido ir con la excusa de que tenía mucho trabajo que hacer. Sin embargo, a medio camino se había descompuesto el auto y su mejor opción era regresar a casa pues no encontrarían un mecánico mientras más se acercaran al bosque.

Darien y Amelie estaban bastante decepcionados por no poder ir a acampar pero su padre les había prometido comprar pizza y armar la tienda de campaña en el departamento, además de hacer un maratón de películas. Fue suficiente para ellos. Al menos hasta que entraron al departamento y vieron un montón de ropa esparcida por toda la entrada.

Leonard, el padre de Darien, le dio a su hijo cien dólares y las llaves del auto para que se llevara a su hermana a cenar a algún lugar mientras intentaba arreglar la situación. El auto aún podría funcionar para ir a un lugar más o menos cercano.

Pero antes de que pudiera salir, vieron a un hombre salir de la habitación principal. Vestía sólo unos calzoncillos e iba rumbo a la cocina, probablemente a sacar otra botella del minibar. Claro que se quedó congelado al ver a los recién llegados.

Darien se había apresurado a tapar los ojos de su hermanita y sacarla del departamento. Sin embargo, antes de lograrlo, vio por el rabillo del ojo a su madre saliendo de la habitación usando una ligera bata de seda. Aquella había sido una noche bastante larga e incluso prefirió quedarse en un hotel esa noche hasta que su padre los fue a buscar. El hombre parecía verdaderamente destrozado.

No pasó mucho tiempo hasta que les dieron la noticia de su divorcio pese a que su madre parecía rehusarse profundamente. Sin embargo, Darien ya ni siquiera podía mirarla a los ojos. Se sentía bastante decepcionado e incluso podría decir que asqueado por la situación.

Fue así, que los abogados de ambos adultos les preguntaron a los menores con quien querían quedarse. Darien dijo de inmediato que con su padre y Amelie no iría a ningún lugar sin su hermano mayor. Ella realmente no comprendió por qué le pidieron tomar esa decisión pero estaba completamente segura de que iría a cualquier lugar al que Darien fuera.

Aquel era un jueves en la noche, pocas horas faltaban para el viernes. Amelie dormía plácidamente en los asientos traseros del auto. Darien estaba de copiloto mirando la carretera y Leonard hacía lo posible por mantener los ojos bien abiertos mientras manejaba. Estaba realmente oscuro y no se veía nada más allá de de las luces del auto.

Gran parte del camino se mantuvo en silencio. Amelie no quería mudarse, sobretodo porque no entendía por qué se iban sin mamá pese a que ya sabía que sus padres no estarían juntos. Aún así, todo era bastante complicado para que su cabeza lo asimilara.

dandelions ⇢ jasper haleWhere stories live. Discover now