Parte 5

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Una tarde, mientras paseaba por los pasillos, Helena fue abordada por Rorik, cuya expresión era sombría y preocupada.

"Helena, necesito hablar contigo", dijo Rorik, su voz cargada de seriedad.

Helena asintió, sintiendo una punzada de temor en el fondo de su estómago. "¿Qué sucede, Rorik? ¿Has descubierto algo nuevo?", preguntó, su voz apenas un susurro.

Rorik la miró con seriedad, sus ojos oscuros reflejando la gravedad de la situación. "He estado investigando la conspiración que descubrimos, y he encontrado pruebas de que hay traidores entre nosotros", reveló, su tono lleno de determinación.

El corazón de Helena se aceleró ante la noticia, su mente girando mientras intentaba procesar la información. "¿Traidores? ¿Quiénes son?", preguntó, su voz temblorosa por la ansiedad.

Rorik frunció el ceño, su expresión sombría. "Aún no lo sé con certeza, pero estoy cerca de descubrirlo. Sin embargo, necesitamos ser cautelosos. No podemos confiar en nadie hasta que sepamos quién está detrás de esta conspiración", advirtió, su voz llena de gravedad.

Helena asintió, comprendiendo la gravedad de la situación. Sabía que debían actuar con precaución, que el peligro acechaba en cada sombra de la fortaleza y que el momento de la verdad estaba cerca. 

A medida que pasaban los días, la tensión en la fortaleza de Drakon se volvía palpable. Helena y Rorik continuaban su búsqueda de los traidores, cada vez más decididos a desentrañar la conspiración que amenazaba con destruirlos a todos.

Una noche, mientras se reunían en secreto en la biblioteca, Helena y Rorik revisaban los documentos en busca de pistas que pudieran llevarlos hasta los culpables.

"Estoy seguro de que alguien está conspirando para derrocar a Drakon y tomar el control de la fortaleza", murmuró Rorik, su voz cargada de preocupación.

Helena asintió, su mente girando con pensamientos y sospechas. "Pero necesitamos pruebas concretas si queremos desenmascarar a los traidores", respondió, su tono lleno de determinación.

Justo cuando estaban a punto de abandonar la búsqueda por la noche, Helena notó un libro antiguo en una estantería polvorienta en el rincón más oscuro de la biblioteca. Se acercó con curiosidad y lo tomó entre sus manos, sintiendo un escalofrío recorrer su espina dorsal.

"¿Qué es esto?", preguntó Helena, su voz apenas un susurro mientras abría el libro y examinaba las páginas llenas de símbolos y palabras olvidadas.

Rorik se acercó y examinó el libro con atención. Sus ojos se abrieron de par en par cuando reconoció los antiguos escritos grabados en las páginas amarillentas.

"Este es el Libro de las Profecías", dijo Rorik, su voz temblorosa de emoción. "Se rumorea que contiene las respuestas a todas las preguntas sobre el destino de nuestra fortaleza y nuestro pueblo".

Helena sintió un hormigueo de anticipación recorrer su cuerpo mientras hojeaba las páginas del antiguo libro. ¿Podría ser que el Libro de las Profecías contuviera la clave para desentrañar la conspiración que amenazaba con destruirlos?

Helena y Rorik se sumergieron en el estudio del antiguo texto buscando respuestas que pudieran salvarlos a ellos y a aquellos a quienes amaban de la oscuridad que se cernía sobre ellos.

A medida que Helena y Rorik profundizaban en el antiguo texto del Libro de las Profecías, descubrieron revelaciones sorprendentes que arrojaban luz sobre la oscura conspiración que acechaba en las sombras de la fortaleza.

"Esto es increíble", murmuró Helena, sus ojos brillando con asombro mientras leía las profecías grabadas en las páginas amarillentas.

Rorik asintió, su expresión seria, pero determinada. "Estas profecías pueden contener la clave para desentrañar la conspiración que amenaza con destruirnos a todos", respondió, su voz llena de convicción.

A medida que avanzaban en la lectura, Helena y Rorik descubrieron detalles impactantes sobre los traidores que se escondían entre ellos. Nombres fueron revelados, alianzas fueron traicionadas, y la verdadera magnitud de la amenaza que enfrentaban se hizo evidente.

"Debemos llevar esta información a Drakon de inmediato", dijo Helena, su voz llena de urgencia mientras cerraba el libro y se ponía de pie.

Rorik asintió, su mandíbula apretada con determinación. "Es hora de enfrentar a los traidores y poner fin a esta conspiración de una vez por todas", declaró, su voz firme y resuelta.

Con el corazón lleno de determinación, Helena y Rorik se dirigieron hacia la sala del trono, donde Drakon esperaba, ajeno a la traición que se había estado gestando en las sombras de su propia fortaleza.

Al llegar a la sala del trono, Helena y Rorik encontraron a Drakon reunido con sus consejeros, discutiendo los asuntos del reino. Sin vacilar, Helena se adelantó y entregó el Libro de las Profecías a Drakon, revelando las verdades impactantes que habían descubierto.

"Esto es increíble", murmuró Drakon, su rostro lleno de asombro mientras hojeaba las páginas del antiguo texto. "¿Cómo pudieron descubrir esto?"

Helena y Rorik compartieron una mirada significativa, su determinación reflejada en sus ojos. "Hemos estado investigando, mi señor", explicó Rorik, su voz firme y resuelta. "Y hemos descubierto la verdad que se esconde en las sombras".

Drakon asintió, su expresión seria pero decidida. "Entonces es hora de actuar. Los traidores deben ser detenidos y llevados ante la justicia", declaró, su voz llena de autoridad y determinación.

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⏰ Last updated: May 16 ⏰

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