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Llevaban cuatro horas y media viendo a dinosaurios atacar gente, y Kuroo sentía que se dormía allí mismo. Eran tipo las 2 am y estaban sólo Tsukki y él en el apartamento.

Por lo que le habían comentado el rubio, sus compañeros estaban con sus respectivas parejas y dudaba que llegaran esa noche a la casa.

Aunque Kuroo quería dormir seguía despierto, hablando en susurros con su acompañante. Tsukki hace un tiempo se había cansado de su posición y se había apoyado en el hombro de Tetsuro, ahora con sus delgados brazos rodeando el torso del pelinegro.

—Tengo sueño...—susurró Kuroo haciendo un mohín, y cortando el monólogo de Kei sobre lo mucho que amaba estas películas por los dinosaurios.

—¿Quieres quedarte a dormir? Ya es un muy tarde y no hay trenes a esta hora—también susurró el rubio y levantó un poco su cabeza para verlo mejor, medio adormilado.

Kuroo estaba extremadamente excitado, porque ¿quién no estaba feliz cuando la persona que te gusta tiene la confianza para hacer lo que está haciendo Tsukki? Y por esa razón, sin responder más que con un asentimiento, Tetsuro apagó el televisor y tomó a Kei en brazos -éste no se rehusó por el hecho de que estar en el pecho de Kuroo era cálido-.

Con las vagas indicaciones del rubio, llegaron a su cuarto y, luego se quitarse los zapatos y otras prendas extras, ambos se acostaron en el mullido colchón.

Kei no lo soltó en ningún momento y ya acostados, sintió la respiración tranquila en su pecho desnudo. También le encantó sentir los pálidos y suaves brazos de su rubio chico envueltos alrededor de su pecho.

—Me gustas—susurró Tsukishima despacito, con el silencio de la noche envolviendo la habitación y un ambiente cálido creado por ambos.

A Tetsuro se le aceleró el corazón, y miró rápidamente la cara de su acompañante. Al ver la mirada profunda de Kei y sus mejillas un poco sonrojadas, Kuroo lo besó.

Fue un simple roce de labios, pero para ambos fue como una explosión de color y sentimientos. Minutos después, cuando estaban a centímetros, Kei cerró los ojos y cayó en el sueño.

Kuroo sintió su pecho inflarse, tan feliz como nunca fue en su vida.  

To know us || KuroTsukiWhere stories live. Discover now