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Creo que lo que más extraño de Luka es que más allá de mi novio, siempre fue mi mejor amigo. Mi persona. Y cuando se fue, el hueco que dejó en mi vida era demasiado profundo como para tratar de llenarlo, entonces solo lo cubrí con un tapete. La herida sigue abierta y sangrando cada vez que añoro la vida que soñaba con él.
Es seguro decir que el primer año de nuestra relación fue el mejor. Éramos insufribles, no pasábamos más tiempo juntos porque el día no tenía más horas. Ese año fuimos a Madrid, me ayudó a resolver cada fase de mi crisis universitaria y estuve allí cuando comenzó a hacer realidad el sueño de su vida. Fue un privilegio ver en primera fila como todo el mundo empezaba a darse cuenta de lo que yo ya sabía.
Mi recuerdo favorito debe ser el día después que recibió su primer sueldo jugando baloncesto. No era ninguna fecha especial pero me llevo al restaurante más caro de Liubliana. Rápidamente nos dimos cuenta que lo elegante no era para nosotros, estábamos tan incómodos y fuera de lugar que se notaba a kilómetros.
—¿Quieres salir de aquí? —me preguntó mientras tratábamos de descifrar la carta.
—Pensé que nunca lo preguntarías. —respondí con una risa.
Esperamos que los meseros estuvieran distraídos y nos escabullimos hacia afuera sin poder parar de reírnos. Después corrimos al McDonalds más cercano y compramos dos cuartos de libra con Coca Cola. Devoramos todo sentados en la vereda.
—Lo único que quería es llevarte a un lugar lindo a cenar con mi primer pago como jugador profesional... y aquí estamos.
Reí— . ¿Es por eso que estás tan afligido?
—Comer McDonalds es todo lo que hacemos, quería que hoy sea especial para ti.
Volví a reír y me acerqué para tomar su rostro con ambas manos.
—Escúchame, lo único especial que necesito eres tú. —murmuré, sus ojos azules brillando al escucharme— . No me importa tu dinero o tu fama o lo que sea, que sé que va a llegar con el tiempo. Me importas tu, soy feliz comiendo comida chatarra en la calle mientras sea contigo, Lub.
—¿Sabes lo mucho que te amo?
Sonreí. Mi corazón lleno con sus palabras.
—Yo también te amo. —respondí antes de besarlo.
Más tarde, cuando estaba acompañándome a mi casa, tomó mi muñeca y me detuvo.
—Tenía algo más preparado para ti. —me dijo.
—¿Escachaste cuando dije explícitamente que no necesitaba más que a ti, no?
Rió— . Lo escuché, pero esto es importante para mi.
Revolvió su bolsillo un momento y luego sacó una bolsa de terciopelo. La abrió despacio volteándola para hacer caer el contenido y finalmente me la mostró. Una cadena de plata con un colgante de corazón que tenía grabado el número 77.
—Para que cuando me busques, siempre me encuentres sobre tu corazón. —murmuró dándole vueltas a la cadena en sus manos con nerviosismo— . Y para que siempre siempre recuerdes que la única dueña de mi corazón... eres tú.
Nunca en mi vida me sentí tan en mi lugar como en ese momento, con el hombre que más he amado en mi vida frente a mi demostrándome cuanto el me amaba de vuelta.
Ese collar sigue siendo parte de mi. He tratado de quitármelo incontables veces pero cuando me lo saco siento que de alguna manera estoy traicionando a esos dos niños enamorados que se prometieron tanto.
Eso es lo que más extraño. La sensación de pertenecer que se me fue de las manos a la par con él.
Tuvo que llegar a mi vida a enseñarme que la palabra hogar muchas veces es una persona, y desapareció sin enseñarme cómo seguir mi vida después de perderlo.
Y cuando lo perdí a él, también me perdí a mi.
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Quien le hizo tanto daño a mi beba jajajad
COMENTEEEEN y VOTEEEEN, estoy tratando de actualizar seguido y la idea por ahora me fluye de 10🤪
