Recordando mi misión

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Ella seguía perdida en ese recuerdo en aquel lujoso hotel de las calles de Tokio, ya habían pasado cuatro años desde aquel secuestro, pero para ella, era como si hubiera sido ayer. Su familia y amigos seguían creyendo la mentira de aquella maldita organización, quien había mandado esa doble, otra vez, a seguir haciéndose  pasar por ella, viviendo nuevamente  en su casa desde hacía menos de un mes.

 Por ello, la violácea solía dedicarse a vigilar a su doble durante noche y día por semejante atrevimiento. Al parecer Ran los tenia desesperados, eso era bueno para, pero a la vez no tanto, con cual  planeó un golpe de gracia en contra de sus enemigos.

«No os saldréis con la vuestra malditos».Pensó, observando la ciudad desde el gran ventanal.

Ran conoció el motivo por el cual realizaron  ese movimiento. Quería usar a su familia en su contra, secuestrarlos para hacerles pasar el mismo infierno que vivió ella... "la tortura". No lo iba a permitir.  

 «Jamás sucederá»

Ran se había convertido en la pesadilla de esa organización. No tenia compasión alguna al apretar el gatillo cuando lo veía necesario, los quería ver muertos a todos. Suficiente daño habían hecho esos malditos desgraciados, conocían maneras de escapar de la cárcel, siempre volvían a huir cuando atrapaba a alguno de ellos, así que el único método para librarse de sus existencias, era matándolos. Decidió tomar la justicia por su mano, siempre y cuando se encontraba con algún miembro de la organización, no dudaba ningún segundo en cargárselo. Todo era un ojo por ojo, diente por diente.

Miró la hora desde el reloj de su muñeca.

«Ha llegado la hora de cazar».Pensó Ran, colocándose una gorra de color negro.

Había llegado la hora de buscar alguna presa , siempre los cazaba por la noche, pues sabía manejarse perfectamente bajo las sombras.Evidentemente, también le haría una visita a su doble. Asi era Ran...Como un tiburón de sangre fría  que antes de atacar rodeaba la presa, estudiando todos y cada unos de sus movimientos, y cuando lo tenia totalmente asegurado, atacaba con la mayor crueldad posible. 

Antes de irse se dirigió a una habitación en la que se hallaba descansado Takheru Mouri, su hijo. Dentro de esa misma habitación, podía visualizarse otra figura sentada  junto al joven, velando por su bienestar. 

—¿Te vas ya?—preguntó Vermouth.

—Ya es la hora. No es necesario que me esperes—le  respondió Ran—. Cuida de Takheru, por favor.

—Por supuesto, sabes que puedes contar conmigo—Le dijo Vermouth a Ran con su típica sonrisa.

—Lo sé..—aquello le aliviaba—. Realmente te lo agradezco Vermouth, de verdad—Agradeció Ran antes de irse.

—No hay por qué darlas mi ángel. Solamente ten mucho cuidado—le advirtió Vermouth—. Sabes que no debes morir.

—No voy a morir, todavía tengo una misión que cumplir—finalizó la violácea antes de desaparecer por la puerta.

                                                                                  ♤                        


En la Agencia del detective Mouri, Kogoro estaba viendo un concierto de Yoko Okino.

—¡Yoko, mi Yoko!—gritaba eufórico, mientras aplaudía mirando la televisión—!Ran, tengo hambre!

—Pues prepárate tú la comida, yo me voy a dormir—dijo la doble de Ran, cerrando la puerta al entrar a su supuesta habitación—Maldito viejo, tú y lo demás pronto estaréis acabados. Estoy harta de este maldito papel.

Sed de Venganza [Editando] (ShinRan) Where stories live. Discover now