Pronto llegará

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Ya era de día en la ciudad de Osaka.

Un día bastante tranquilo. Heiji se había levantado con las cosas preparadas, eran las nueve de la mañana, y Kazuha  todavía no había llegado a su casa.

—Demonios ¿Por qué tarda tanto?—se quejó, malhumorado.

El detective del Oeste, finalmente se cansó de tanto esperar a la joven, así que decidió dirigirse a la residencia Toyama. ¿Qué remedio le quedaba? Ni siquiera contestaba a sus llamadas, y el tiempo corría en su contra. Cuando llegó a la casa de Kazuha, tocó el timbre. 

—Buenos días.... ¿Está Kazuha? —preguntó cuando  encontró ante sus ojos a la madre de su amiga.

—¿Kazuha? Que yo sepa se marchó a tu casa para que vayáis juntos a Tokio —le respondió.

—Pero si la he estado esperando un buen rato,  y no ha venido —dijo Heiji. De repente su móvil empezó a sonar, el número era de una cabina telefónica.

—¿Hola?

— ¡Idiota! ¡¿Se puede saber dónde estás?! —el grito de la chica con acento de kansai aturdió al moreno.

— ¡Tonta! ¡Te he estado esperando a la hora que habíamos acordado y no viniste. Me he cansado de llamar y no me cogías el móvil, así que fui a tu casa! —Le informó, alterado.

—Ahh, bueno es que el móvil lo he olvidado en casa ¿Podrías decirle a mi madre que te lo de?— Heiji gruñó al no ver ni una pizca de culpabilidad en Kazuha.

Luego suspiró.

—Esta bien. Escúchame nos veremos en el aeropuerto—Le dijo para finalmente quitarse el móvil de la oreja, y colgar.

—E-Espera Heiji— él ya había colgado—Menudo gruñón.

Heiji iba de camino al aeropuerto muy tranquilo, pensando en tener unos días con su amigo hablando de casos, la verdad era que hacía tiempo que quería pasar unos días con Shinichi para sobre los casos que habían resuelto durante todo este tiempo. Aunque también deseaba ir a Beika para ser su apoyo, pues sabía que el detective del Este, necesitaba compañía.

  —Estaré contigo en todas, Kudo. 

                                                                         ♤

En la Agencia de detectives Mouri, Kogoro, estaba roncando como una morsa. Se había quedado toda la noche viendo vídeos grabados de su amada cantante, Yoko Okino y ¿Cómo no? tomando alcohol hasta perder el conocimiento. Posiblemente en estos instantes estuviera soñando con su gran estrella, pues cada cinco segundos pronunciaba su nombre con notable adoración, aunque, como bien decía el dicho, todo lo bueno tenía un final; el teléfono del despacho le obligó a abrir los ojos.

— ¡¿Quién es?! —gritó a todo pulmón.

—Buenos días, Señor Mouri—río nerviosa—. Soy yo, Yukiko Kudo.

—Ah, es usted. Dígame a qué se debe su llamada—preguntó desganado.

—Bueno, le cuento... Anoche, mi marido y yo hemos planeado hacer una reunión de amigos, así que he pensado en invitar a su familia—le respondió—. ¿Les gustaría venir?

—E-Esto pues...Lo lamento, pero yo dudo mucho poder ir ya que..tengo una cena importante—dijo, aclarándose la garganta..

—Oh, es una lástima—se decepcionó—. ¿No puede cancelarla y dejarlo para otro día?

—No, lo siento. Es realmente importante para mí, no puedo hacer eso—se disculpo Kogoro—.   Además, es una cena que me ha tocado especialmente para hoy. No quiero que se eche a perder.

Sed de Venganza [Editando] (ShinRan) Where stories live. Discover now