Juego: Segunda parte

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El tiempo transcurría en aquella base al igual que en otros lugares del inmenso Japón, para ser más exactos, les hablo de Nagoya, una de las ciudades más grandes del país, localizada en la costa del pacífico en la ciudad de Chubu.

En las proximidades de la gran ciudad, había una enorme mansión rodeada de enormes rejas las cuales se empleaban para impedir la entrada a cualquier individuo, si nos adentramos en el lugar, podremos ver las fantásticas puertas de madera adornadas con rocas de un intenso color purpura y contrastadas con otro tono cercano al color verde pistacho, en la parte trasera había un hermoso jardín perfectamente cuidado y repleto de flores de distinguidos tipos. También se podía visualizar al lado de las ventanas varias estatuas llevando puestas las prendas tradicionales de China, sujetando con una mano curiosos bastones de plata rodeados de fascinantes diamantes, mientras que, con la otra se cubrían el rostro con los párpados cerrados, como si estuvieran siendo cegados por un destello de luz.

Más arriba, en lo más alto del edificio, se encontraban tres figuras más, pero diferentes a las anteriores ya que éstas fueron construidas con oro puro. Entre una de ellas estaba la figura de un feroz león estando en posición de ataque, mostrando sus enormes y afilados colmillos con la mirada desafiante, en el lomo de la criatura, yacía sentada la estatua de un niño pequeño sin ningún tipo de expresión en su rostro, teniendo en su pequeña mano una daga la cual estaba especialmente adaptada para sus diminutos dedos. Justo al lado, también se encontraba la estatua de un hombre mayor con una barba bastante larga, hasta tal punto de llegarle al obligo, su cabello el cual cumplía las mismas expectativas lo tenía peinando en una trenza, llevaba puestos los típicos ropajes de un emperador, su vestimenta consistía en una túnica con detalles alineados y de en un ancho cinturón cargado de piedras preciosas, las mangas del vestido a simple vista se podría saber que eran incomodas pues eran exageradamente anchas, en su cabeza llevaba colocado un llamativo sombrero con dos extrañas tablas saliendo por los laterales, como si con ellas pudiera tener la posibilidad de volar. Con una mano alzada al cielo, mostraba entre sus dedos una pequeña joya de color azul zafiro mientras expresaba en su rostro cierto aire de grandeza, arrogancia, poder y presunción.

A unos cuantos metros atrás del susodicho de piedra, había una enorme cascada de mármol rodeada de diferentes tipos de plantas silvestres , en el que a causa del agua, un hermoso arcoíris hacia acto de presencia dando al lugar de forma espectacular una perfecta sincronización de paz y armonía.

Sin ninguna duda, se podría calificar como el sitio perfecto.

En la mansión, como es de esperar, caminaba por la distinguida zona un mayordomo de la edad de más o menos cincuenta años, a pesar de sus años y piel arrugada, tenía un cuerpo admirablemente esbelto y musculoso, su elegante esmoquin negro conjuntaba con guantes blancos y unos elegantes zapatos.

Su mano derecha, sostenía de forma elegante una bandeja plateada, la cual cubría con una fina tela de seda color crema.

Se acercaba cuidadosamente a una mesa colocada en el increíble jardín de la mansión, lugar en el que, el hombre pudo visualizar a una misteriosa mujer deteniendo su trabajo para girarse y sonreír amigablemente.

Su cabello ahora recogido en un moño, era rubio y ondulado, tenía unos cuantos mechones rebeldes cayendo por su cara, sus ojos verdes carecían de brillo, poseía unas magnificas curvas perfectamente ceñidas a su vestido blanco, su piel de tez blanca se podía igualar a la de un bebe debido a sus graciosos pómulos rosados, en un dedo de sus delicadas manos tenía colocado un anillo de oro en forma de corazón teniendo en el medio la figura de un león.

El mayordomo al llegar a su destino, apartó la fina tela de seda para dejar en la mesa una tetera de porcelana junto a una pequeña taza acompañada de una tentadora y apetecible tarta de chocolate con unas cuantas cerezas y nata montada por encima.

Sed de Venganza [Editando] (ShinRan) Where stories live. Discover now