Anna no sabe quién es, ni quién es su familia, pero lo descubrirá al viajar a Birmingham con su tutora y reencontrarse con su familia.
Anna Gray ~ Isaiah Jesús
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Cada vez que Anna ve a Polly Gray, un sentimiento extraño se apodera de ella. Como si estuviera en un sueño o en un recuerdo. No sabía por qué se sentía así, pero la molestaba, como la pesadilla que tuvo hace unos días. Entonces Anna pensó en el sueño que tuvo justo después de llegar a Birmingham. El sueño con la mujer y dos niños, una niña y un niño.
Anna cerró los ojos y sacudió la cabeza, tratando de deshacerse de sus pensamientos y concentrarse en el presente. Miró a su derecha y se dio cuenta de que Isiah todavía estaba con ella.
— ¿Qué?— Anna preguntó cuando notó cómo Isiah la estaba mirando.
Isiah se encogió de hombros. —Nada. Simplemente desapareciste.
— ¿Desaparecido?— Anna frunció el ceño ante las palabras de Isiah. —¿Qué quieres decir?.
—Nada, en realidad. Es solo que estuve diciendo tu nombre durante los últimos minutos y no reaccionaste. Estabas mirando a alguien— explicó.
Anna suspiró. —Hago eso. Me pierdo en mi cabeza, no lo tomes como algo personal.
— Está bien. ¿A quién estabas mirando?.
— Nadie en especial— dijo Anna. —Simplemente me distraje.
Isiah frunció el ceño. —De acuerdo entonces.
— Ya no necesitas hacerme compañía. Estoy segura de que encontraré a Grace muy pronto— dijo.
Isiah arqueó la ceja.
—¿Estas segura?
— Sí. Realmente no necesitas cuidarme. Estaré bien— dijo Anna con más confianza en su voz.
— Está bien. Bueno, si necesitas algo, ve y quédate en una esquina y yo vendré a rescatarte— hizo una mueca Isiah.
Anna se rió suavemente. —No necesito que nadie venga a rescatarme, pero gracias.
Con eso, Isiah se fue pero con una sensación de calidez recorriendo todo su cuerpo. Pensaba que la chica Bennett era interesante, por decir lo menos. Él pensó que ella era misteriosa y tiene una historia que le gustaría escuchar. Pero ella no era como las chicas con las que se encuentra a menudo: era demasiado amable y apropiada. Nada como las chicas que conocía.
Cuando Anna se quedó sola, se volvió para mirar en dirección a Polly nuevamente, pero su vista estaba bloqueada por el padre Hughes, quien de repente estaba parado justo frente a ella.
— Padre Hughes— suspiró Anna.
— Señorita Bennett, lamento molestarla de nuevo, pero ¿está segura de que no nos hemos visto antes?— Preguntó el padre Hughes.
