Chapitre 4.

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Amélie

Durante el trayecto a casa estuvimos contándonos anécdotas divertidas de los entrenamientos de mi hermano y de Antoine.

—Oye y esa tal Léa ¿quién es? —preguntó Antoine cambiando de tema rápidamente.

—Es una compañera mía de atletismo. ¿Por? —dije mirándolo por el retrovisor.

—Por saber.

—Uhh ¿sabes que significa eso? —dijo mi hermano mirándome—. ¡A Antoine le gusta Léa! ¡A Antoine le gusta Léa!

—¡A Antoine le gusta Léa! —cantaba con mi hermano.

—¡Que no me gusta! —dijo Antoine con los brazos cruzados.

[...]

—Que buena estaba la comida Paul —dijo Antoine recogiendo su plato.

—Gracias tío —dijo mi hermano terminando de comer.

—Ame —llamó mi atención Paul—. Te toca fregar.

Indignada acepté, amenazándole con que sería la última vez.

Antoine

Al terminar de comer me fui al salón y para matar al aburrimiento me metí en Instagram y en Twitter para ver lo que estaba ocurriendo en el mundo.

Al rato el móvil de Amélie comenzó a vibrar, llamada entrante de Léa. Amélie estaba en la cocina fregando los platos y Paul cambiándose. Se que esto es de muy mala educación pero esa chica me llamo la atención y necesito conocerla.

—Salut¹ —dije sonriendo

—Amélie, ¿te acuerdas de los gofres que me recomendaste que hiciera? Pues te voy a matar, me diste la receta mal y ahora están envenenados —dijo enfadada sin percatarse de que yo no era Amélie.

—Perdón pero no soy Amélie, ella está ocupada.

—Ah perdón, ¿eres él chico rubio de hoy?

—Sí, el mismo —dije sonriendo—. ¿Y tú eres la chica rubia de hoy? —dije imitándola.

—La misma —dijo riendo.

—¿Eres del equipo nacional de atletismo? —pregunté obvio.

—Sí, ¿y tu eres jugador de fútbol no?

—Ajá, solo que juego en España no aquí.

—Ah, ya se, una amiga estuvo saliendo con un chico llamado... Vi... Vi... —dijo intentando recordar el nombre.

—¿Vietto? —pregunté confundido.

—¡Sí! ¿Lo conoces? —dijo ilusionada.

—Sí, jugaba conmigo en él Atlético de Madrid, ahora se trasladó a otra ciudad.

—Pues Antoine, me tengo que ir a recoger los gofres que Amélie me recomendó hacer. Encantada de conocerte.

—Esta bien, igualmente, espero algún día volver a verte.

—Seguro que si, aur revoir!

—Aur revoir! —dije igual que ella.

Dejé el móvil en el mismo sitio de donde lo había cogido y me acomodé en el sillón mientras encendía la televisión.

—¿Qué Antoine, no te han dicho que es de mala educación responder a conversaciones ajenas? —dijo Paul detrás mía, haciendo que me sobresalte.

—¡Paul! No me des esos sustos. Ya se que he hecho algo malo pero quería hablar con ella —dije mirando al suelo.

—No te preocupes, no le contaré nada, pero no te aseguro que Léa le diga algo —dijo Paul sentándose a mi lado.

—Espero que no.

—Oye mañana tenemos el día libre, si quieres podemos ir a verlas entrenar —asentí indeciso—. Se lo comentaré a Amélie y cuidado que no se te caiga la baba.

—Cállate idiota —dije riendo.

—¡Chicos! —exclamó Amélie—. ¿Os venís mañana al entrenamiento?

Miré a Paul extrañado, parecía como si nos acabara de leer la mente.

Aceptamos y nos pasamos toda la tarde jugando a la Wii.

Á tes souhaits |Antoine Griezmann| #R&RAwards2017Where stories live. Discover now