Chapitre 63.

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Léa

Preciso tiempo. Necesito ese tiempo
que otros dejan abandonado,
porque les sobra o ya no saben
que hacer con él.

 Tiempo en blanco,
en rojo, en verde,
hasta en castaño oscuro,
no me importa el color.

Cándido tiempo
que yo no puedo abrir
y cerrar como una puerta.

 Tiempo para mirar un árbol, un farol,
para andar por el filo del descanso,
para pensar qué bien hoy es invierno,
para morir un poco y nacer enseguida,
y para darme cuenta,
y para darme cuerda.

 Preciso tiempo el necesario para
chapotear unas horas en la vida,
y para investigar por qué estoy triste
y acostumbrarme a mi esqueleto antiguo.

Tiempo para esconderme
en el canto de un gallo
y para reaparecer
en un relincho,
y para estar al día,
para estar a la noche

 Tiempo sin recato y sin reloj,
vale decir preciso,
o sea necesito,
digamos me hace falta,
tiempo sin tiempo.

20 de julio 2020

—Léa, despierta —la voz ronca de Antoine a primera hora me despertó—. Llegarás tarde a la presentación.

Hice una mueca. Giré todo mi cuerpo a la izquierda, dándole la espalda.

—Léa... —Antoine pasó la mano por debajo de mi camiseta y la acarició de arriba a abajo—. Despierta.

Noté como alguien escalaba por los pies de la cama. Cuando llegó arriba, comenzó a dar saltitos.

Antoine y yo dimos ligeros botes. Abrí ligeramente los ojos y sonreí.

—¿Qué manera es esta de despertar a mamá?

Adrien se lanzó a mis brazos. Besé su cabeza y lo acaricié.

Tan rápido había pasado el tiempo que nadie pudiese pensar ni imaginar que Adrien ya tenía un año y ocho meses de vida.

—Papá lo dijo.

Miré Antoine frunciendo el ceño. Antoine besó mis labios fugazmente.

—Iré a vestirme.

Antoine se levantó de la cama y entró al lavabo. Yo me levanté con Adrien en brazos.

—Hoy te quedarás con papá y el tito Marc —besé su mejilla—. Gabrielle y yo llegaremos para la hora de la merienda.

—¿Cami?

—Ella no se si podrá venir.

—Nuevo jueguete.

La mirada de Adrien reflejaba tristeza.

—No te preocupes, cuando la veas de nuevo, te lo dará.

Dejé a mi hijo en el suelo y él salió corriendo al cuarto de baño. Le dio varios golpes a la puerta y Antoine salió sin camiseta. Se agachó a la altura de Adrien y el niño le susurró varias cosas en el oído. Antoine asintió seguidamente.

Á tes souhaits |Antoine Griezmann| #R&RAwards2017Where stories live. Discover now