Chapitre 58.

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5 de febrero 2019

Léa

Me até los cordones y me ajusté la coleta. Me vi una última vez en el espejo antes de salir de casa.

Bajé al salón, donde se encontraba Antoine acunando a Adrien.

—¿Ya te vas? —interrogó. Asentí y le besé en los labios.

—Llego un poco tarde. Cualquier cosa llama a Ame.

—¿A Ame? ¿Qué pasó con Gabrielle, Nerea y Lucía?

—Nada, es solo para que pruebes —reí.

—Nos mata al niño.

Los dos soltamos una carcajada. Miré la hora y me apresuré en salir lo antes posible. Arranqué el coche y fui lo más rápido que pude a la pista.

Hoy sería el último entrenamiento antes de los preolímpicos. Sí, el tiempo había pasado demasiado rápido: ya estábamos en 2019 y Adrien tenía dos meses, casi tres.

En el centro se encontraban los demás entrenando, menos varias personas, entre ellas Nerea, Gabrielle, Lucía y Amélie, a las cuales les habían dejado el día libre.

Al llegar allí, al primero que vi fue a Iker. Hoy lo último sería el gimnasio, con lo cual, me fui directamente a la pista.

—¡Léa! Por fin llegas —dijo Marco—. ¿Podemos hablar un momento?

—Claro.

Me separó un poco de los demás.

—Verás, no se como decírtelo, pero hemos decidido lo mejor para tu futuro.

—¿Hemos? ¿Y de que va esto, Marco?

—La federación española de atletismo ha decidido no dejarte competir en los preolímpicos. Llevas solo dos meses entrenando.

—¿Cómo? Ellos no tienen poder sobre mi.

—Trabajas en España. Estás bajo sus órdenes. No te ven tan fuerte como antes.

—Disculpa pero yo voy a participar —respondí. Esto ya era el colmo—. Llevo nueve meses sin pisar una pista y sin competir. Me he perdido el ansiado mundial. No pienso perderme los Juegos Olímpicos.

—No es decisión mía. Lo siento mucho, Léa. Te puedes retirar.

—Vamos, me acabas de decir que mi carrera se ha ido al garete.

—Ya basta, Léa.

—Me niego. Yo ahora no me voy a ir.

—Te tendrás que buscar otro centro para poder seguir.

Fruncí el entrecejo.

—¿Es en serio?

—Hablo muy en serio —respondió—. Lo siento.

—¿Qué pasa si gano las Olimpiadas?

—No las vas a poder ganar, porque no participarás en los preolímpicos.

—Si llego a entrar, y si llego a ganar, me quedaré aquí. Si no es así, ustedes decidireis mi futuro.

Él se lo pensó. Se mantuvo callado durante varios segundos, hasta que dijo:

—Trato hecho.

[...]

Me deshice la cola de caballo y mi cabello cayó sobre mis hombros. Apoyé mi cabeza contra la taquilla, esperando a que Gabrielle me respondiese.

Á tes souhaits |Antoine Griezmann| #R&RAwards2017Where stories live. Discover now