Chapitre 49.

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16 de junio 2018

Antoine

Nada más sonar el despertador, me levanté y me preparé lo antes posible; hoy era un día especial.

Dejé todo organizado y salí corriendo de la habitación. Bajé al comedor y desayuné solo con Paul, Kevin y Dimitri.

-Te vas a atragantar -murmuró Dimitri.

Lo ingoré y desayuné lo antes posible.

-¿Sabes lo que te va a hacer Léa como entres a esta hora en su habitación? -interrogó Paul-. Te dará una hostia, por molestar.

-Oh, venga ya -refunfuñé-. Prometieron ayudarme y así lo haréis.

Oímos unos largos suspiros y miramos hacia Kevin; se había quedado dormido en la mesa.

Pogba agarró el cuello de su camiseta y tiró de él. Gameiro se reincorporó y se rascó los ojos.

-¿Qué quieren? Encima que me hacen despertarme temprano...

-Eso se lo dices a Antoine -replicó Payet-. Por una vez que no tenemos entrenamiento por la mañana...

-Tenemos partido a las cinco y media, así que dense prisa antes de que el entrenador nos llame para irnos.

-Pero si son las siete... -suspiró Pogba.

-Déjate de tonterías -respondí-. Tu hermana está apunto de llegar.

Paul abrió la boca para hablar, pero en seguida se calló.

Después de varios y largos minutos convenciendo a Kevin para que se moviese, conseguimos llegar al aeropuerto a recoger a Amélie, Nerea, Lucía y Gabrielle. La madre y padre de Léa prefirieron no venir.

-¿Amélie siempre tiene que dar la nota? -masculló el menor de los Pogba.

La primera en llegar fue Amélie, con la bandera de Alemania al rededor de su cuello y la camiseta de su selección.

-¡Llegamos! -exclamó Ame dándole un abrazo a su hermano y luego a nosotros.

-Vaya cuadro -reí-. Así no te van a dejar entrar al hotel. ¿Y las demás?

-Lucía ha tenido un problema con las maletas, y Gabrielle se ha quedado con ella. Nerea no se donde está.

Del poco tiempo que conocía a la griega, supuse que se había equivocado o perdido.

De repente, Paul notó un cuerpo sobre él y eso hizo que diera un par de pasos para alante perdiendo el equilibrio.

-¡Nerea! -exclamó Amélie. Miré a la espalda de Paul y la menor del equipo se encontraba enganchada a mi amigo-. Pensé que te habías perdido.

-Sí -masculló bajándose de la espalda de Paul-, gracias por dejarme sola en medio del aeropuerto.

Saludó a los presentes y en seguida vinieron Lucía y Gabrielle. Charlamos sobre el problema que tuvieron con las maletas y nos fuimos al hotel.

Nos distribuimos en dos coches. En el mío íbamos Paul, Amélie y Gabrielle.

-Antes de que entréis haciendo ruido y alborotando al personal... Ni se os ocurra pasearos por el hotel sin ton ni son, os quedáis en mi habitación y en la de Paul en silencio.

-¿Y por qué en la mía? -se quejó Paul.

-Yo en la de él no me quedo -la alemana picó a su hermano-. Vaya desastre.

-No se pongan a discutir ahora -mandó a callar Gabri-. ¿Tú ya has visto a Léa?

-No -respondí-. Me encantaría ser la primera persona en felicitarla, pero quiero esperar para el partido. Y para después, claro.

Á tes souhaits |Antoine Griezmann| #R&RAwards2017Where stories live. Discover now