Chapitre 11.

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Léa

Paul me acompañó hasta el coche y sentía que me tenía que desahogar con alguien, con alguien que supiera por lo que estaba pasando, con él.

—Lo hecho de menos.

—Yo también —dijo dándome un abrazo—, ahora está en un lugar mejor.

Me separé de él y le miré a los ojos, como anteriormente le había hecho a Amélie, necesitaba ayuda, no aguantaba más esta situación.

—Lo solucionaremos —dijo Paul entendiéndome a la perfección.

Al rato llegaron Antoine y Amélie conversando y Paul soltó un "habéis tardado mucho" se notaba que esta conversación le resultó algo  incómoda.

[...]

—Ya estoy en casa mamá —dije sin respuesta alguna.

Por un momento me asusté, me olvidé por completo de que estaban trabajando.

Miré si habían dejado algo para comer y no había nada, son casi las dos de la tarde, no voy a hacer la comida ahora.

Me cambié de ropa rápidamente y fui al restaurante más cercano.

No tardé en comer y eran aproximadamente las tres de la tarde y decidí ir a dar una vuelta por las calles de Niza.

Hoy el día estaba tranquilo, gente paseando, niños jugando y ancianos bailando.

¿La única pena? Los policías.

Había policías por todas partes, por cada rincón, Francia no era un lugar seguro.

¿Quién sabe si él hombre que esta pasando a tu lado tiene una pistola guardada y te puede matar? O aún peor, ¿hacer un atentado?

Ya me estoy pareciendo a Nerea y sus historias paranormales.

[...]

—¡Léa! —dijo parando un coche al lado mío.

—¿Paul? Se que me quieres, ¿pero puedes dejar de perseguirme? —dije riendo.

—Hemos pensado que te vendría bien un cambio de aires —dijo Antoine que iba en el asiento trasero.

—¿Qué estáis diciendo?

—¡Te vienes con nosotros a Clairefontaine! —dijo Amélie sonriente y algo mareada.

—¿Qué? Pero si son las nacionales.

—No, aún no han empezado, mañana es día libre y hemos pensado en que te viene bien para despejarte —dijo Paul contento.

—¿Y que pinto yo en Clairefontaine? Es un viaje largo... ¿Y las maletas?

—¡Pues que vienes con nosotros al entrenamiento de la Selección y a ver el partido contra Holanda! —dijo Antoine contento.

—Y las maletas... Hemos hablado con tu madre y las ha hecho ella —dijo señalando el maletero—, tampoco es que estemos una eternidad.

—¿Qué dices? —dijo Paul impaciente—. Además, nos ha costado mucho venir...

—Está bien... —dije rindiendome y entrando al coche—. ¿Y por qué supuestamente habéis tardado tanto en venir? No os habréis perdido, ¿verdad? —dije mientras me ataba en cinturón.

—Aquí el señorito casi nos mata —dijo Amélie mirando a Paul—, menos mal que estoy yo aquí para salvarnos.

—Es mentira, simplemente me distraje un poco.

—Te distrajiste e íbamos por el carril contrario.

—¡Eso es culpa de Anto! —dijo Paul cruzando los brazos.

—¿Mía? Pero si quien ibas conduciendo eras tú —dijo haciéndose el ofendido.

—No empecemos como antes —dijo Amélie cortando la conversación—. ¡A divertirse!

—¡Clairefontaine allá vamos!

Á tes souhaits |Antoine Griezmann| #R&RAwards2017Where stories live. Discover now