Chapitre 59.

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Antoine

Aprovechando que Adrien estaba tumbado en la cuna y muy pendiente de lo que pasaba a su alrededor, cogí el móvil y volví a intentar contactar con Léa.

Sin embargo, el contestador volvió a saltar.

—Hola amor, soy Antoine. Estamos todos muy preocupados por ti. Llámame cuando puedas.

Llevaba dos días sin saber nada de la madre de mi hijo. Gabrielle no me contó porque se había ido a Niza, pero me enteraría pronto, ya que hoy mismo había quedado con ella y con Marc para que me explicasen todo, y aprovechar y ayudarlos en unas cosas de la boda.

A las cinco en punto quedé con ella. Adrien y yo ya estábamos preparados y solamente quedaban diez minutos para la hora exacta.

Cogí a Adrien y lo metí en el carrito. Salimos de mi casa y tardamos unos pocos minutos en llegar a la cafetería.

Allí se encontraban los dos sentados en la mesa del fondo. Ambos parecían venir de trabajar.

—Hola chicos.

Los dos se giraron y sonrieron.

—Hola Antoine —dijo Marc y me hizo un hueco. Yo puse el carrito a mi lado, con Adrien dentro—. ¿Qué tal?

—Preocupado y cansado —suspiré.

Gabrielle cogió a Adrien en brazos y él empezó a reír.

—¿Teneis noticias? —pregunté.

—Poca cosa —respondió Gabrielle—. ¿Quieres algo de beber?

—No, gracias. ¿Podeis decirme?

—No la dejaron competir en los preolímpicos de aquí, y la única manera que tenía era ir a otro país. Así hizo.

—¿Cuando son los preolímpicos?

—Los de Barcelona pasado mañana —respondió Marc—. Los de Francia ni se donde son ni cuando.

Adrien rió mientras Gabrielle le hacía pedorretas.

—¿Y Léa saben si va a competir?

—Ella fue a buscar a Víctor, creo. No se, yo mantuve una conversación con ella antes de que se marchase y yo dije algo como “todos tuvimos que aprender” y salió corriendo.

—Entonces está entrenando para los preolímpicos de Francia... —resoplé cansado.

—Sí —afirmó Gabrielle.

Le di un golpe a la mesa. Léa no se podía ir así, sin avisar y dejándome solo con un niño de dos meses.

—Tranquilo, yo también estoy así —admitió Gabrielle. Adrien pasó a los brazos de Marc—, pero hay que entenderlo. Lleva meses preocupada por su salud, la tuya y la de Adrien. Ha pasado los nueve meses más duros de toda su vida. Lo único que le faltaba ahora sería no participar en los Juegos Olímpicos.

Apreté los ojos con rabia.

—Hace seis meses no quería a un bebé, y ahora que lo tengo no se que hacer con ella aquí —suspiré.

—Nos tienes a nosotras —Gabrielle intentó calmarme—. Lucía, Nerea, Amélie y yo siempre estaremos a tu disposición.

—Marc, Saúl y Josema también estarán ahí —respondió Marc rodando los ojos. Los tres reímos.

—Lo agradezco mucho, chicos, pero quiero que la madre esté presente. Si pudiera coger un vuelo a Francia, ya lo hubiera hecho.

—Todo saldrá bien —Gabrielle sonrió—. Cambiando de tema...

Á tes souhaits |Antoine Griezmann| #R&RAwards2017Where stories live. Discover now