Chapitre 29.

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Léa

Ya estábamos todos los atletas por los vestuarios esperando a que se diera inicio a la competición.

—¡Ya va a empezar la inauguración! —gritaba con todas sus fuerzas Raphaël.

—¡Pues cállate que si no no lo oímos! —gritaba desde la otra punta Camille.

—Joder, me estoy agobiando —le dije a Gabri.

—A mi no me dejan caminar, esto de meter 900 personas en un vestuario es mala idea.

Al final nos llevaron a una sala para ver la inauguración. Me senté con Gabrielle y Léonard.

Antes de que empezara les deseé a mis chicas suerte.

La ceremonia de apertura fue bastante laboriosa. La artista Marina Kaye se presentó para cantar uno de sus temas del disco 'Homeless'. También asistieron varios atletas franceses retirados para elevar la bandera francesa a lo alto del estadio. Y para terminar, varias personas salieron a bailar el Cancán con los colores de nuestra bandera. Mientras ellos bailaban, poco a poco un gran cartel de la Torre Eiffle con un dibujo de un gallo en el medio se iba elevando detrás de ellos. Cuando estaba a punto de terminarse todos los franceses presentes tiraron globos al cielo, en señal de hilaridad y pasión.

El entrenador se hizo hueco entre nosotros, se subió a una mesa y comenzó a hablar.

—Ahora es vuestro turno, vuestro turno de conquistar París, de batir Francia. Componer vuestra propia melodía, predominar entre los demás.
Exhibir vuestros dotes, creer en vosotros mismos.
Ofrecerle al mundo lo que podéis hacer, tenéis la capacidad de dejar boquiabiertos a 80.000 personas ahí fuera. Y yo, no dudo de ninguno.
Es vuestro turno, aprovecharlo.
Esto lo formulo en todas las competiciones, y no me cansaré de decirlo. ¿Sabéis que es lo mejor de tocar fondo? Que ya solo puedes ir en una dirección y es...

—¡Arriba! —gritamos todos.

Todos aplaudimos y el entrenador pidió calma otra vez.

—Empiezan los hombres. Ya saben el orden. Ahora a quitarse los nervios de encima y salir a brillar.

Le dimos suerte a todos y salieron a competir.

[...]

En el descanso para comer estuve hablando con Antoine para que me relajara un poco y él en cambio me mandaba fotos de Hugo chillando y animando para que me riera un poco.

—Está entusiasmado por verte —dijo Anto y pude notar como sonreía.

—Ya no tengo uñas para comer —respondí riendo—. Tengo una presión encima que ni te la crees.

—¿Por?

—Soy la última en los relevos y quien gane se clasifica. No hay segundas oportunidades.

—No te pongas nerviosa. Sal allí y corre como nunca.

Le di las gracias y me fui con Gabri.

—¿Por qué caminas así? —me preguntó.

—El pantalón se me mete por el culo —dije riendo.

—Es que lo tienes mal puesto —meneó la cabeza en señal de negación y me ayudó a ponérmelo bien.

—Gracias —sonreí y la abracé.

Quedaban pocas finales para disputar de los hombres y sería nuestro turno. El entrenador nos ordenó que calentáramos y nos pusiésemos en fila las que primero competirían, entre ellas yo.

Á tes souhaits |Antoine Griezmann| #R&RAwards2017Where stories live. Discover now