Chapitre 42.

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Léa

La gran final se acercaba. Solo los mejores habían conseguido llegar y muy pocos conseguirán subirse al podio y alzar al cielo su orgullosa medalla.

Nerea consiguió colarse en la final de 400 metros valla. Sin embargo, al quedar tercera corría el riesgo de quedar descalificada. Por suerte, sí llegará a competir contra Tya en los 100 metros vallas.

Amélie llegó a la final eliminando a grandes atletas francesas e inglesas. Los 800 metros lisos los competirá contra grandes leyendas.

Gabrielle correrá la final 60 metros vallas junto a dos francesas más. Ha tenido que pasar por el fisioterapeuta por varias molestias en el muslo.

Tya competirá en los 100 metros vallas contra la griega. Un duelo entra las dos atletas en su primer europeo.

Valérie sí consiguió un puesto para la final 60 metros lisos. La última vez le arrebató el podio la, ahora retirada, Anastasia Bähr.

Raphaël también tuvo una pizca de suerte al poder clasificarse a los 400 metros valla.

Léonard acabó en el cuarto puesto en las eliminatorias, consiguiendo así colarse en la final de salto de longitud.

Camille consiguió un hueco en la final de 3.000 metros obstáculos. La carrera más larga de saltos.

Y por último, yo. Compito en tres carreras y solo en dos tenía un puesto asegurado. Faltaba saber si en los 60 metros lisos me dejarían competir.

—¡Ya va a empezar la final! —oímos por megafonía.

Me rasqué la sien nerviosa.

—¡Te vas a hacer una herida! —exclamó mi mejor amiga.

Resoplé y me coloqué bien la camiseta.

Todos los finalistas miramos la pantalla en donde se proyectaba la ceremonia.

Para terminar el campeonato simplemente elevaron todas las banderas de los países finalistas. De fondo simplemente se oía Ed Sheeran cantando Galway Girl.

—Han hecho finales mejores —murmuró Tya.

Me encogí de hombros y esperamos a que se acabase.

—¡Todos a sus puestos, todos a sus puestos! —gritaba y aplaudía Víctor.

Todos los franceses empezamos a correr de lado a lado sin saber que hacer, hasta que en megafonía avisaron de los primeros atletas en competir.

Primero los hombres, como siempre.

El salto de longitud fue una de las primera finales en disputarse.

Me senté en una de las pocas sillas libres y comencé a ver la final.

En el turno de Léonard comencé a aplaudirle. Raphaël se sentó junto a mi y pasó su brazo por mis hombros.

Cuatro grandes zancadas, un increíble y salto y un magnífico aterrizaje: 8,88 metros.

Rapha y yo asentimos aplaudiendo. No era muy fácil sobrepasar esa marca.

Tras varios minutos llegó el turno del último participante. Cogió impulso y saltó.

8,89 metros.

Un mísero centímetro había arruinado la primera plaza para Léonard.

Nos levantamos todos y al entrar Léonard corrimos a abrazarlo. Un segundo puesto no estaba nada mal.

Después de varias carreras, llegó él turno de Raphaël. El sonido de la pistola retumbó en todo el estadio, dado por comenzada la carrera.

Grandes zancadas y grandes saltos consiguieron llevar a Raphaël hasta la meta. La medalla de bronce minutos después relucería en su cuello.

Á tes souhaits |Antoine Griezmann| #R&RAwards2017Where stories live. Discover now